galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

POSTALES DE AGUA

LA SINFONÍA INVERNAL

 

       La ciclo génesis explosiva bajó el agua del cielo a la tierra. Cayó en forma de nieve para descender helada y cristalina la gran montaña y crecer como río entre laderas verdes de musgo invernal.

       El agua logra, ahora, en la estación de las borrascas,  una fantasía barroca entre los montes. Sobrevive de salto en salto logrando la más expresiva combinación de los factores naturales:

       Al caer al vacío entre los árboles y el rocoso paisaje geórgico, el agua impone su ritmo acelerado a la belleza.

       Avanza como regato entre rumores de bosque hasta procrear el fulgurante lugar que nos entusiasma:

       El río menor que entona aquí su sinfonía, mientras procura el río grande.

       El lago al que rodea un jardín natural de abedules.

       El estuario magnífico, donde se acaba el paisaje fluvial y comienza el marinero.

       La bahía bonita que envía olas que se duermen sobre el lomo de arena de playas interminables.

       Y el gran océano con su horizonte de azules sobre el que se posan suavemente un millón de estrellas… 

       Es el agua quien genera la perfección natural.

 

      Son mil las venas fluviales de esta tierra, creadoras de una cultura que se mira, desde tiempos ancestrales, en sus espejos de agua.

      Las ribeiras de los ríos te invitan a disfrutar del paisaje generador de ecosistemas únicos, que hacen diferente a mi país.

      Hallarás aquí ideales lugares para pescar, para practicar deportes de aventura o simplemente para caminar buscando las huellas del pasado en un viejo molino o en el puente que sobrevive desde hace dos milenios.

 

          Unos ríos llevan la fama y otros el agua. Los hay muy populares y también más humildes. Pero todos generan la belleza de esta tierra que es única porque se mira en cristalinas aguas.

         El Ulla es el río del Apóstol Santiago. Remontándolo desde el mar de Arousa, descubrieron sus discípulos Atanasio y Teodosio los paisajes de las invasiones vikingas y de las primeras correrías de la Bella Otero, hasta llegar a Padrón, antes de cumplir su aventura en el Campus Stellae.   

         El Navia nos lleva desde los Ancares hasta el Cantábrico asturiano atravesando valles hermosos, dejando a un lado bellas áreas naturales de pesca y pasando bajo puentes medievales.

        El Limia nacido en la sierra santa de San Mamede, en Ourense, nos conduce por vías romanas hasta los pies del Xurés, para luego guiarnos por el Portugal vecino en busca del Atlántico.

  

       El Eume es un espejo cuando anchea en el embalse y se reflejan en su agua los habitantes vegetales y animales de la gran fraga, sobre la que sobresale el monasterio reconvertido en aula de naturaleza. Atraviesa saltarín el legendario bosque para buscar reposado el mar de los Ártabros, bajo el histórico puente de los Andrade.

      El Sil llega desde el Bierzo en busca del Miño a Os Peares. En este  trayecto provoca el paisaje magnífico de sus cañones, que fueron los que convirtieron en  sagrada a la gran Ribeira.

      El Miño, finalmente, atraviesa tierras de vino en busca del gran océano. Pero antes de entregarse será el creador del gran estuario que entusiasmó a los celtas desde el Tecla, el monte sagrado.

 

          La cultura del agua hizo posible la Tierra habitada, porque es el agua quien genera el espacio de vida. En Galicia abundan los paisajes de agua, pero son especialmente hermosos los que crean los lagos, donde el pequeño río se remansa, para reflejar la flora de ribeira,  que nos cuenta el estado más puro de la naturaleza.

         Nacieron lagos y lagunas para prolongar la belleza del territorio, pero, inevitablemente, en este País, son también el pozo sin fondo de la magia y la leyenda.

         Te brindo las postales de mis tres lagos favoritos…

         Carregal, mitad marinera y mitad fluvial, en el mágico lugar donde la arena busca el cielo de Corrubedo.

         La Lagoa das Xarfas, al pié del Monte Louro, que es principio y fin de la Costa de la Muerte.

         Y Xuño, donde el agua dulce deja crecer nenúfares de verano.

   

         El mar de invierno acaricia la gran playa y bate contra las rocas que emergen del lecho submarino, frente a las islas, a las que envuelven leyendas de piratas, tesoros, ejércitos fantásticos, demonios y bellas nereidas hijas de Neptuno.

         Es invierno y en el horizonte inalcanzable, la caricia del viento hace temblar los barcos que danzan entre olas, ebrios de sal,  navegando hacia el puerto de la vida…

         Por la arena de la playa un sol tímido persigue la sombra de las nubes mientras las meigas dejan sus huellas mojadas.

         Bajo el agua,  bailan invisibles el pulpo y la nécora, y miles de peces corren enloquecidos por el espacio.

         Las olas pronuncian su sinfonía contra la roca…

         Es invierno y en Galicia, hay un mar que esculpe estatuas de piedra y otro que se mece en la calma de la playa serena. 

               El tiempo se ha enfurecido hoy  y solo se aprecia una cadena de luz tímida entre sombras de nube de lluvia, mientras el viento canta en las ventanas y las gotas resbalan por los cristales…

              Todo es posible en este paisaje de solitarias playas vírgenes de invierno en las rías o junto a las impresionantes  rocas de aguja, sobre las que saltan esta vez las olas atlánticas.

              Pero nada es eterno; y volverán pronto los absolutos silencios mágicos…

 

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