galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

TAMBIÉN SOMOS GALICIA

 

TAMBIÉN SOMOS GALICIA

Flores entre la hierba

“…A procura de Herbas de Prata é que as galegas na emigración sexamos quen de axudarnos unhas ás outras, a pesar da lonxanía xeográfica e as diferencias culturáis dos nosos sitios de residencia, para –entre todas nós– mellorar os nosos proxectos productivos e individuais e ter maiores posibilidades de cumprir un soño común: mellorar a calidade das nosas vidas, da vida dos nosos e a das nosas comunidades. Estes meses de traballo aprendéronos que ‘xuntas podemos máis ca soas’ porque a lei da galeguidade traspasa as fronteiras das institucións, dos gobernos e dos partidos. No mundo da globalización e da homoxeneidad xeral, onde se perden as particularidades, nós reivindicamos a nosa pertenza, a nosa orixe e a nosa cultura. Galicia vive en nós. E nós tamén somos Galicia”.

Adela Fernández Cruz. Presidenta Herbas de Prata.

LA MUJER EMIGRANTE

Por Manuel Corral

 EMIGRANDO...

       Siempre este cocinero ha manifestado su admiración por el valor y la creatividad demostrada por la mujer gallega en todas las adversidades, y la seguridad de que el futuro del enorme patrimonio cultural construido en la diáspora está en manos de los hijos y nietos de los emigrantes.

       Por ello comienzo la presente nota con las palabras de Adela en la web del colectivo Herbas de Prata. Palabras a las que me adhiero en todo, y especialmente en lo concerniente a que “la ley de galleguidad traspasa las fronteras de las instituciones…”, y al rotundo “…nosotros también somos Galicia”.

        Fue un poeta universal, el gran Federico García Lorca, enamorado de Galicia de solo verla; y feliz en una Buenos Aires que lo aclama en los umbrales de su viaje fatal a su tierra y a su muerte, quien en uno de sus seis poemas Galegos, da nombre al grupo:

 “Chove en Santiago
meu doce amor
camelia branca do ar
brila entebrecida ao sol.
Chove en Santiago
na noite oscura
herbas de prata e sono
cobren a valeira lúa…”.

          Bellísimo. Palabras que acarician el alma, y besan como gotas de aguardiente de orujo la memoria de aquellos que caminaron las calles angostas de Santiago antiguo bajo unha chuvia miudiña, miudiña, y están lejos, lejos de la tierra amada.

         Rosalía, emigrada en tierras castellanas, a pocos kilómetros de Galicia, sentía sin embargo la morriña propia del desterrado, en un desierto tan distintos a sus valles verdes, como la mar. Por ello entendió como nadie la soledad de las mujeres, sus “viudas de vivos”, que quedaban solas en la aldea aferradas a una esperanza que el tiempo y la distancia a veces diluía como si de un espejismo se tratara….

“¡Que tristeza! El viento ruge,
canta el grillo su compás…
Hierve el pote…,pero, ¡caldo mío
sola te he de cenar!”.

          Al principio, era el hombre el que emigraba en busca de futuro, y no siempre reclamaba a su mujer e hijos que habían quedado no pocas veces como prenda a merced de aves negras tan bien pintadas por Castelao; en el último tramo de la epopeya, durante la posguerra, ya el éxodo solía ser del núcleo familiar, y aun de mujeres jóvenes solas, ya no sólo hacia América sino a Europa.

         Seguramente, entre otros posibles destinos, Buenos Aires era la preferida de la emigración femenina, por las posibilidades de inserción laboral, el idioma, la historia y la cantidad de paisanos ya instalados en esta orilla del Río de la Plata.

         Claro que de haber podido elegir, ninguna hubiera salido de su tierra.

         Pero el modelo patriarcal se mantenía en las instituciones que, como mucho, asignaban a las mujeres el manejo de Comisiones de Damas y tareas meramente protocolares. Seguramente, teniendo en cuenta lo inteligentemente que resolvieron la economía familiar en situaciones muchas veces extremas, de haber tenido nuestras bravas mujeres injerencia en la gestión, muchas de estas instituciones hoy empobrecidas estarían orgullosamente a salvo de las cada vez más escasas subvenciones llegadas desde España.

        En ese contexto, la creación de un colectivo como Herbas de Prata es altamente positiva. Es tiempo de creatividad, de buscar caminos inéditos, acordes a los nuevos tiempos que nos toca vivir y la nueva realidad tanto de la Galicia Exterior como la de nuestra Comunidad Autónoma inmersa en la crisis global.

        Herederos de tantas mujeres que tejieron sueños en la lareira, buceadores de sabores enxebres, custodios en solitario de nuestra milenaria tradición gastronómica, seguimos compartiendo recetas para elaborar con los buenos ingredientes que conseguimos en esta tierra de prodigios, y disfrutar en compañía de los seres queridos, presentes y ausentes.

        No está demás pensar en una Santa Compaña debatiendo con Ernesto Sábato en el Parque Lezama, junto al cruceiro.

 

MI RECETA: TRUCHAS AL HORNO

TRUCHAS AL HORNO

Ingredientes: 4 truchas chicas, 500 grs. de papas, 2 cebollas, azafrán, aceite, 1 limón, sal, pimienta.

Preparación: Pelar las papas, y cortarlas en rodajas muy finas, blanquear en agua hirviendo y reservar. Limpiar las truchas, rociar el jugo de limón. Hacer un sofrito con el aceite y las cebollas picaditas. Disponer en el fondo de la fuente de horno la mitad, encima las papas, y sobre ellas las demás. Salpimentar. Verter el resto del rustido y el azafrán diluido en agua. Llevar al horno 30 minutos. Rociando de tanto en tanto las truchas con la salsa.

El cocinero Manuel Corral

Manuel  CORRAL – BUENOS AIRES.